sábado, 26 de marzo de 2011

Hace un año y casi 3 meses murió mi marido. Fue todo muy repentino, no estaba enfermo y era muy joven. Falló su corazón. Yo quedé viuda con 38 años y sin hijos. El era un tipo increíble, generoso y de muy buen carácter. Al principio fue un shock muy grande, no sabía dónde estaba parada, qué hacer, cómo seguir... Retomé de a poco el trabajo, las rutinas. Por suerte mi familia me apoyó mucho y tengo algunas amigas solteras o separadas que me acompañaron y bancaron y les estoy muy agradecida. Con los amigos casados es más difícil, tienen su vida armada... También hay gente que te apoya mucho y no te lo esperabas y otros que desaparecen (no se bancan escuchar pálidas...)
Todo el apoyo es muy importante, pero nada, nada es suficiente para amortiguar el dolor terrible de perder a la persona que más amás, con la cual elegiste compartir tu vida y tus planes. Mi sensación ahora es que hago las cosas diariamente por inercia, es decir, voy a trabajar y salgo con amigas, y hasta disfruto esas actividades y por momentos logro pasarla muy bien. Pero después vuelvo a casa y estoy sola y sin proyectos. Siento que una parte de mi vida, la de los proyectos de familia, de vacaciones, etc etc se fueron con él... siento que mi vida es más aburrida, hay muchas actividades que compartía con él que ya no hago. Además hay algo llamativo que es que siento que nadie comprende realmente cómo me siento. Hago terapia y me hace muy bien, pero los viudos jóvenes como yo tenemos el problema de no encontrar a nadie que haya pasado por una experiencia así, o por lo menos a mí me pasa. Separados hay un montón, entonces, si bien cada separación es diferente (y también es otro tipo de duelo), pueden encontrar otros separados y charlar de cómo hacen el divorcio, cómo se sienten, etc... Yo no conozco a ninguna viuda ni viudo de 39 años (o de treinta y pico, cuarenta). Por supuesto que los hay, y deben sufrir como yo. Pero yo me siento muy poco comprendida.
La gente en general te dice: ¨Sos joven, vas a rehacer tu vida, te vas a recuperar¨, como si el enviudar más joven fuera más fácil que a los 65 o 70 años. Te parte la vida en dos! En el momento de más proyectos compartidos! A los 70 ya tuvieron tiempo de hacer proyectos juntos e igual es terrible...
Otros te miran con pena, porque si me pongo en el lugar del otro, eso es lo que genera alguien que se queda sin proyectos y sin su amor.
Otro tema es que tenés que empezar a pedir ayuda para un montón de cosas que antes se solucionaban dentro del matrimonio. Como todos los matrimonios, hay roles definidos para algunas tareas y bueno, cuando el otro no está, empezás a aprender a hacer algunas cosas nuevas, y a veces a jorobar a los otros, y te sentís una densa...

Pero lo más terrible de todo es, en mi caso, cuando me vienen esas olas de recuerdos hermosos, de viajes compartidos, momentos cotidianos, rutinas que disfrutábamos, que tanta falta me hacen y que sé que no podré volver a vivir con él en esta vida... eso me causa una angustia muy grande y me da la sensación de que lo mejor de esta vida ya lo viví, y tengo 39 años...
En fin, decidí escribir este blog para desahogarme un poco y además que sirva para que otras personas que tengan una situación similar también puedan hacerlo. Un abrazo,
lau